Una enfermedad puede ser incurable, pero a la persona que la sufre siempre se la puede cuidar. En ese momento la palabra “cuidar” adquiere todo su significado y todo su valor. Y ahí la música, como disciplina terapéutica, no farmacológica, puede desarrollar un papel importante durante el proceso de enfermedad. El uso de la musicoterapia dentro de las unidades de cuidados paliativos tiene un rol ampliamente reconocido en los propios equipos asistenciales: el impacto positivo que se consigue en el bienestar y la calidad de vida de los pacientes y sus familias es incuestionable. El poder de la música está más presente en nuestras vidas de lo que creemos. Una melodía tiene el poder de hacernos sentir, de evocarnos momentos pasados y también de aliviarnos. Con una melodía y una letra podemos reír, llorar y también dar gracias. Cómo hizo Pau Donés en su canción “Eso que tú me das” antes de morir. 

Al igual que la música el trabajo con el Arte en Cuidados Paliativos es otra forma de cuidar, acompañar y humanizar.  

Las posibilidades del trabajo con arte en cuidados paliativos son amplias y diversas. Es una excelente herramienta terapéutica efectiva para trabajar y facilitar la adaptación al proceso de enfermedad del paciente en final de vida, cuidador y familia. 

Al mismo tiempo el arte ofrece un espacio distinto de comunicación que ayuda a humanizar el entorno hospitalario y de hospice.

Magíster Arte Terapia, Universidad del Desarrollo. Santiago de Chile. Diseñadora Universidad Tecnológica Metropolitana, Santiago de Chile. 

Ha realizado diversos proyectos creativos y de Arte Terapia para pacientes, familiares y equipos de salud en Cuidados Paliativos, principalmente en Hospice y autocuidado para profesionales. 

Dentro sus principales áreas de interés destacan el trabajo con collage, rescate de historias, diarios y legado.