El 14 de septiembre de 1940, José Celda fue fusilado y enterrado en una fosa común en el cementerio de Paterna, Valencia. Más de 70 años después, su hija Pepica logró recuperar sus restos y darle la despedida digna que tanto había esperado.

En esta historia de memoria y reparación, fue fundamental la figura de Leoncio Badía, un sepulturero que, arriesgando su propia vida, ayudó en secreto a identificar a los represaliados y a preservar su recuerdo.

El abismo del olvido, de Paco Roca y Rodrigo Terrasa, nos invita a reflexionar sobre la importancia de honrar a quienes se fueron y de acompañar en el proceso de duelo, temas esenciales en el camino hacia un final de vida en paz y con dignidad.