Entender el lenguaje del enfermo terminal.
En muchos casos al enfermo terminal le cuesta poner palabras al mundo emocional que está viviendo. Suele presentar dificultades al expresarse, compartir con otros como se encuentra.
A esto se une que el avance progresivo de la enfermedad puede complicar de un día para otro lo que antes era fácil y fluido y convertirse en tarea harto difícil. Incluso palabras crudas como enfermedad terminal, muerte, moribundo son axiomas que no suele gustar expresar cuando de uno mismo se trata.
Es por ello que el enfermo terminal suele expresarse en símbolos, en imágenes, en metáforas, aun si anteriormente no tuviera una tendencia a ello, suelen presentar una fácil asimilación en esos momentos para entender y comprender el mundo a través de lo metafórico.
Es por ello que los símbolos, metáforas, imágenes, dibujos cobran un especial sentido en la fase terminal.
En muchas ocasiones cuando el enfermo terminal se expresa en metáforas, puede transmitir la sensación al entorno familiar de haber perdido cierta conexión con la realidad, cuando lo que realmente sucede es que ese mundo interno del enfermo terminal está buscando nuevas, cortas, sencillas y claras maneras comparativas de expresar lo que lleva dentro.
La comunicación entre personas sanas suele ser fácil por el contexto sano en el que se dan, pero cuando el mundo se vuelve del revés mediante la enfermedad y la proximidad de la muerte, entonces se complica el intercambio de información, que ya no puede, ni sirve, reducirse a la transmisión de datos, fechas y cifras. Ahí el mundo metafórico cobra un especial sentido de profundidad y transmisión de información sutil e intensa.
A los enfermos terminales les suele gustar comparar su situación actual mediante algún tipo de metáfora, la cual ilustra de forma precisa lo que está sintiendo. En muchos casos se usan palabras como “se está acabando la película”, “el tren está partiendo”, “estamos en el tiempo de descuento”, “el viaje comienza” “o acaba”…
A veces usan la comparativa de otras personas, hablando de sus compañeros de habitación si los tienen, o de compañeros de su vida ordinaria que han pasado por situaciones similares, contando historias o episodios de las vivencias aparentemente de aquellos otros. Pero en general, si el enfermo decide preponderar algún episodio de un amigo o familiar, es por lo que probablemente algo de esa experiencia le toca personalmente, y se permite mediante ese atajo, expresar algo de sí mismo, de sus miedos, de sus sueños, de sus imágenes, mediante el otro.
Es por ello que es de vital importancia ejercitarse en el sutil arte de la escucha a la hora de estar con un enfermo terminal, y saber interpretar y traducir las señales que va transmitiendo. En forma de imágenes, metáforas y símbolos, está transmitiendo mucho más de lo que a simple vista pudiera parecer.